Urge acordar un nuevo modelo para las pensiones
- 24 abr. 2017 03:14
EL MUNDO
La reforma de nuestro sistema de pensiones es una asignatura que España tiene pendiente desde hace años, pero que ninguno de los últimos Gobiernos ha querido abordar en profundidad porque, ante la falta de recursos, su debate es incómodo y complejo. Sin embargo, la delicada situación que atraviesa la Seguridad Social hace que sea acuciante revisar un modelo que es insostenible. Entre 2012 y 2017, el déficit acumulado de la Seguridad Social alcanzará los 80.000 millones de euros, si se cumplen las previsiones del proyecto de Presupuestos que se va a debatir en el Congreso.
El pasado año, el desfase alcanzó el récord de 18.000 millones de euros y aunque en 2017 esa cifra se mitigará (16.400 millones de euros) no por ello el déficit deja de ser alarmante.
La situación de la Seguridad Social desde el punto de vista financiero es insostenible. La caída salarial provocada por la crisis, junto con el progresivo envejecimiento de la población española han provocado una caída mayúscula del Fondo de Reserva. Este mecanismo de ahorro se creó en el año 2000 para que, llegado el caso, el Estado pudiera hacer frente al pago de las prestaciones ante una desviación presupuestaria. Sin embargo, recurrir a él se ha convertido en una práctica habitual cuando la Seguridad Social tiene que hacer frente al pago de las pagas extra de los funcionarios. En cinco años, el Gobierno ha tenido que sacar más de 50.000 millones de este fondo. De este modo, la llamada hucha de las pensiones ya sólo cuenta con 15.000 millones en su haber.
Para evitar la alarmante noticia de que el Fondo de Reserva se queda sin recursos, el Gobierno ha ideado otro sistema este año para cubrir el agujero: financiar el déficit con un crédito de 10.000 millones que el Estado pondrá a disposición de la Seguridad Social tras emitir deuda pública.
Trasladar el problema para que las futuras generaciones paguen las pensiones de hoy es poner un parche que agravará la situación. El tiempo de buscar remiendos con medidas como el retraso de la edad de jubilación o la desvinculación de las pensiones del IPC ya ha pasado. Es hora de buscar una solución real al problema.
El déficit de la Seguridad Social es estructural. Pese a que el empleo está aumentando en España, y con él los cotizantes, los nuevos contratos no permiten cubrir las necesidades del sistema actual porque los nuevos salarios son menores y la temporalidad es cada vez mayor. De hecho, el pasado año el déficit de la Seguridad Social alcanzó su máximo histórico al cerrar en el 1,7% del PIB.
Ante esta situación, el Gobierno debe entablar un diálogo con los agentes sociales y convocar el Pacto de Toledo para que una comisión proponga un modelo alternativo al actual para sostener la viabilidad de estas prestaciones. En esa revisión se tendrán que analizar las ventajas e inconvenientes de las distintas opciones que los expertos han ido poniendo sobre la mesa en los últimos años para determinar qué gastos debe afrontar la Seguridad Social y con qué ingresos debe cubrir la totalidad de sus necesidades financieras.
El sistema público de pensiones es uno de los pilares de nuestro Estado de Bienestar. Sería deseable que el Parlamento fuese capaz de aparcar sus diferencias partidistas para ponerse de acuerdo en un asunto tan delicado para los españoles.
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