El sistema universal de salud ¿Será el inicio de la privatización del Sector Salud?
Faltan dos años y medio del sexenio de Peña Nieto y el compromiso de instrumentar la Seguridad Social Universal se encuentra estancado. Y dentro de ésta el Sistema Nacional de Salud Universal tampoco ha avanzado. Sin embargo, durante los meses recientes no ha pasado semana sin declaraciones sobre la próxima universalización de los servicios de salud. En particular Enrique Peña Nieto firmó en abril el “ACUERDO NACIONAL HACIA LA UNIVERSALIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUD” con la Secretaría de Salud (S.S.), el Instituto Mexicano del Seguro Social (I.M.S.S.) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y los gobernadores del estado de México y de Oaxaca, ambos con servicios de salud muy deficientes, y Baja California Sur, entidad piloto desde hace tiempo.
Se dio mucha divulgación a la incorporación de siete millones de estudiantes al IMSS, a todos los beneficiarios de Prospera, a la pensión para adultos mayores y al Seguro Popular.
El IMSS, por su parte, ya utiliza varios tipos de asociaciones público-privadas (APP). Lo hace a gran escala con los servicios de hemodiálisis, de laboratorio, de limpieza y de ambulancias al igual que el ISSSTE. El IMSS además, está haciendo una prueba piloto de atención a grupos de diabéticos mediante un pago fijo por persona, asesorado por la oscura consultora internacional IMS Health. Esta empresa asegura tener una base de datos de más de 500 millones de pacientes, algo preocupante en vísperas de la expansión de los expedientes clínicos electrónicos en México.
No se entiende que las instituciones destinadas a brindar la Seguridad Social en este país y donde la prioridad es poder hacer llegar los servicios de salud a quién los necesite, este utilizando asociaciones público-privadas para dar atención, y lo peor es que les genere un costo tanto a las instituciones como a los derechohabientes.
La seguridad social y la salud es un derecho de todos los mexicanos y debe de respetarse.
No parece haber rumbo que de certidumbre y seguridad con las decisiones que está implementando el gobierno.
Lo mejor sería que termine ya este sexenio y que el gobierno deje de perjudicar. Si no son capaces de mejorar la situación, pues entonces que no la empeoren.
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